viernes, 1 de marzo de 2013

Botox, un disfraz de las emociones ajenas

botoxEl Botox, utilizado por tantas mujeres que buscan la eterna juventud, se trata de un veneno llamado toxina botulínica que tiene la capacidad de paralizar los músculos cuando se inyecta en pequeñas dosis que, por lo tanto, no resultan tóxicas.
¿Menos feliz con botox?

Joshua Davis y Ann Senghas, investigadores de la Universidad de Columbia, de Estados Unidos, en un estudio publicado el año pasado, demostraron que el no poder sonreír cuando uno se siente feliz reduciría la intensidad de este sentimiento. Aparentemente la persona que no puede realizar gestos faciales, en este caso como resultado de las inyecciones de Botox, sentiría menos las emociones.

"Con Botox, una persona puede responder con normalidad a un evento emocional fuerte, como la escena de una película, pero los músculos de la cara se moverán menos y por lo tanto habrá menos retorno de información al cerebro2, comentó Joshua Davis. Más allá de la relación entre el sentir las emociones y el Botox, el estudio explora la hipótesis de que podría existir una conexión real entre la capacidad de sonreír y el sentimiento de alegría.
Relación entre las emociones y el botox

Este año un nuevo estudio explora la relación entre las emociones y Botox. Investigadores de la Universidad de California del Sur (USC por sus siglas en inglés) y de la Universidad de Duke, ambas de Estados Unidos, han comparado las reacciones de varios grupos de pacientes frente a imágenes de rostros que expresaban diferentes emociones. Uno de los grupos había sido tratado con Botox o Restylane, y el otro con un gel que hacía más evidentes los movimientos de los músculos faciales (al aumentar la resistencia de la piel a las contracciones musculares)

"Las personas que han recibido inyecciones de Botox tienen menos capacidad de comprender las emociones de los otros porque tienen menos capacidad de imitarlas", concluye David Neal, profesor de Psicología de USC. Según éste,la comprensión de las emociones de los otros está relacionada con la capacidad de imitación de sus gestos faciales. David Neal explica que "si las señales musculares que van del rostro al cerebro se encuentran limitadas, la persona leerá peor las emociones", y a la inversa, "cuando las señales musculares se amplían, las facultades de percepción de las emociones aumentan´´

El estudio, que revela un nuevo problema relacionado con el uso de Botox, abre también el camino a nuevas aplicaciones del gel que amplía las señales musculares. Este gel podría estudiarse en personas que debido a problemas mentales tienen dificultad para comprender las emociones ajenas".

David Bême

fuente:belleza.doctissimo.es

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