miércoles, 23 de enero de 2013

Consejos para una Piel Perfecta



La piel es nuestra protección frente a agentes nocivos (físicos, químicos y mecánicos) que proceden del medio externo pero, además, su rol estético es fundamental en la apreciación de belleza del ser humano.

Si deseamos lucir una piel bonita, luminosa con bronceado homogéneo, es necesario:

Preparar la piel, tan importante hacerlo desde dentro como desde fuera.
Protegerla si queremos conservarla joven y reluciente por muchos años.

Los rayos solares son los principales agresores para la piel y una de las causas primordiales del envejecimiento (dispara la formación de radicales libres). Otros agentes como la sal del mar o el cloro de las piscinas son altamente desecantes.

Y la piel necesita mantener una estructura íntegra en su superficie para protegerse de ellos. La integridad de la capa córnea es fundamental y depende en gran parte de la calidad de su hidratación para realizar su función adecuadamente.

De lo contrario, la protección natural de la piel disminuye y pueden aparecer los problemas en parte relacionados con una piel no cuidada (sequedad, picores y mayor tendencia a las quemaduras solares).

CUIDAR LA PIEL
1. Exfoliación

La capa córnea de la piel acumula capas de células muertas durante el invierno. Esto ocurre en todas las zonas que van cubiertas.

Exfoliación

El exceso de células en la capa córnea se traduce por falta de luz en la piel; tiene a nivel microscópico irregularidades de textura (debido a las células córneas sobre-acumuladas en su superficie) que impiden que la piel refleje la luz, por eso tiene un aspecto apagado. Para dejar la piel lustrosa para el verano, el primer paso es la exfoliación.

La exfoliación corporal se puede realizar con scrubs (productos que llevan en su composición micropartículas rígidas y de superficie rugosa). La aplicación de scrubs debe realizarse cada 10 días durante el mes previo al verano. Normalmente se aplican durante la ducha con una manopla y realizando presión sobre la piel. Esta ligera fricción mecánica facilita el desprendimiento de las capas de células muertas, la piel recuperará su luz.
2. Hidratación

Para que la piel del cuerpo luzca bonita también es muy importante la hidratación en profundidad. Se debe aplicar crema de alto poder hidratante a nivel corporal: la hidratación tiene que limitar la capacidad de evaporación espontánea de la piel, es decir limitando su desecación.

En ningún caso se producen edemas o retención de agua por aplicar crema hidratante. Los factores hidratantes de las cremas producen un sellado de la superficie cutánea que hace que el agua de los tejidos se mantenga "retenida" dentro de la piel.

El sol, la sal y el cloro son altamente desecantes para la piel, no olvides aplicar hidratación tópica cada vez que tu piel esté expuesta a alguno de ellos. La hidratación también contribuye a que la superficie de la piel esté homogénea y colabora en la belleza y luminosidad de la misma. La tersura de la piel es muy importante para su luminosidad, y se consigue hidratando mucho la piel.

Hidratación de la Piel

Durante el verano, es muy importante continuar con el ritual de hidratación previo, pero es necesario doblar la sesión de hidratación. Es conveniente aplicarse crema hidratante dos veces al día.

La hidratación del rostro es muy importante. Hay zonas faciales especialmente sensibles a los agentes agresivos del verano, tal es el caso de la zona de las patas de gallo, el cuello y el escote, que se caracterizan por tener una dermis muy fina.

Por ello son zonas que se castigan más con el sol. A nivel facial existen potentes cremas hidratantes ricas en glicerina, ácido hialurónico y vitamina B3 que son muy recomendables.

Para pieles más maduras es fundamental la hidratación intensiva. Recomendamos una sesión de mesoterapia con ácido hialurónico no trabeculado en la zona del rostro, cuello y escote.

Hidratación de la Piel, líquidos

Es una forma de mantener una trama acuosa densa a nivel dérmico gracias a que el ácido hialurónico es un potente retenedor de agua en los tejidos.

No se trata de un relleno, el ácido hialurónico no trabeculado no rellena, se reparte homogéneamente en micropunciones por toda la piel para darle turgencia e hidratación antes del verano. La piel se defenderá mejor.

La sesión de mesoterapia con ácido hialurónico no trabeculado se puede complementar con una mesoterapia con principios activos antioxidantes y con silicio orgánico.
3. Nutrientes
I. VITAMIMAS

La vitamina A. Ejerce un papel esencial en la renovación de la piel y de las mucosas y ayuda a que tu piel se vea mucho más suave y uniforme, además de colaborar con su hidratación. En los alimentos la podemos encontrar de dos formas: Piel, nutrientes y vitaminas
Como vitamina A en cuyo caso se encuentra principalmente en los alimentos de origen animal tales como la leche y derivados lácteos, el hígado, huevos y el pescado. De esta forma ejerce un papel esencial en la renovación de la piel y mucosas.
En forma de precursor, el beta-caroteno, presente en las verduras de hoja verde como por ejemplo espinacas y acelgas, y de coloración rojo-anaranjado-amarillento (zanahoria, tomate) y en ciertas frutas (albaricoques, cerezas, melón, melocotón, o nectarinas). En esta forma la vitamina A también posee un papel antioxidante.
Las vitaminas del grupo B son ideales para que la piel se vea sana y radiante ya que intervienen en los procesos de renovación celular. Aparecen en la mayoría de alimentos de origen vegetal (verduras, fruta fresca, frutos secos, cereales, legumbres) y en los de origen animal (carne y vísceras, pescado y marisco, huevos y en los productos lácteos). Se debe prestar especial atención a los folatos, vitamina que encontramos mayoritariamente en la verdura de hoja verde, legumbres verdes, frutas, cereales de desayuno enriquecidos, hígado y levadura de cerveza.
¿Dónde encontrarlas?
Ácido fólico o vitamina B9: está relacionada con la renovación celular y se encuentra mayoritariamente en la verdura de hoja verde, las legumbres verdes, diversidad de frutas, los cereales de desayuno enriquecidos, el hígado y la levadura de cerveza.
Vitamina B2 o riboflavina: actúa contra la seborrea. Se encuentra en la leche y sus derivados (yogur, queso), huevos, carnes, pescados, hígado, legumbres y frutos secos (almendras, nueces).
Vitamina B3 o niacina: participa en la síntesis de la queratina. Se encuentra en carnes, pescados, vísceras, cereales integrales y frutas desecadas (melocotón, orejones, higos, dátiles, etc).
Vitamina B5 o ácido pantoténico: desempeña un papel destacado en la salud de la piel. Está ampliamente distribuido en la naturaleza y es muy raro que surja una carencia.
Vitamina B6 o piridoxina: está relacionada con el metabolismo correcto del cinc, mineral que forma parte de la epidermis. Abunda en pescados azules, carnes, huevos, frutos secos, cereales integrales, plátano, espinacas, levadura de cerveza y germen de trigo.

Vitamina C

La vitamina Ces ideal para que la piel luzca firme y joven, contribuyendo a que se forme naturalmente el colágeno, proteína que mantiene la piel tersa y sin arrugas, aunque también destaca por su potente efecto antioxidante.

La mejor forma de incorporar esta vitamina es a través de frutas y verduras frescas y crudas. Abunda en los siguientes alimentos de temporada: melón, fresas, moras, pimientos verdes, tomate y otros que también encontramos en el mercado como cítricos (naranjas, limones) y kiwi.
La vitamina E es un efectivo antioxidante, lo cual ayuda a que las células se formen mejor y protejan la piel de los radicales libres que en verano aumentan por la acción de los rayos solares y provocan las denominadas "manchas de envejecimiento". La podrás hallar en aceites vegetales que hayan sido prensados en frío y en algunos frutos secos como las nueces, en el germen de trigo y de otros cereales así como en los cereales integrales y verduras de hoja verde.
Licopeno: es un pigmento antioxidante que confiere su color característico al tomate y que también está presente en la pulpa de la manzana, el albaricoque, la sandía, la papaya y el pomelo rosado.
La vitamina K contribuye a que la sangre coagule correctamente. Es indicada, por ejemplo, para las ojeras, que tienen relación con esta problemática. El hígado, los vegetales verdes o la leche, entre otros, poseen una interesante concentración.

II. MINERALES

Minerales

Selenio: es un mineral con acción antioxidante, relacionado con un menor riesgo de aparición de ciertos tumores, entre ellos el de piel o melanoma. Se encuentra en la carne, pescado, marisco, cereales, huevos, frutas y verduras.
Cinc: forma parte de nuestra epidermis favorece la formación de nuevas proteínas (renovación celular), participa en la lucha contra los radicales libres, favorece el buen estado de la piel y las mucosas, proporcionando tonicidad y elasticidad a la piel. Abunda en carnes, vísceras, pescado, huevos, cereales integrales y legumbres.
Hierro: su déficit suele ser la causa de que la piel esté pálida por la disminución de la hemoglobina (transportador de oxígeno y anhídrido carbónico en sangre) circulante. Ricos en esta sustancia son las vísceras, carnes, pescados y huevos, levadura de cerveza, frutos secos y desecados, cereales de desayuno, legumbres y verduras de hoja verde. En el huevo y en los alimentos de origen vegetal se encuentra en su forma química no hemo, cuyo aprovechamiento por el organismo es más bajo, si bien los alimentos ricos en vitamina C aumentan su grado de absorción.
Azufre: un mineral indispensable en la síntesis de queratina y también ejerce una acción anti-seborreica. Abunda en huevos, leche y derivados, cereales integrales y levadura de cerveza.
Manganeso: El manganeso es fundamental en el aprovechamiento de la vitamina E. Se encuentra en la leche y sus derivados, en los frutos secos y la carne.

III. AGUA

La hidratación, tan necesaria para la piel, se consigue mediante el agua de los alimentos que ingerimos y el agua que bebemos.

Hidratación de la Piel

En la mayoría de verduras y frutas más de 90% del producto son agua, por lo que es interesante incluir estos alimentos en la dieta, ya que así ingerimos, casi sin percatarnos, gran parte del agua que necesitamos.

Las recomendaciones de ingesta hablan de consumir unos dos litros de agua al día para equilibrar las pérdidas y mantener el nivel adecuado de hidratación.

De este modo, la piel se mantiene perfectamente hidratada y se eliminan más fácilmente las toxinas que la perjudican.
IV. ALIMENTOS GRASOS

Suministran nutrientes imprescindibles para mantener una piel bien estructurada y tersa.
¿Dónde se encuentran?
Ácidos grasos monoinsaturados: en el aceite de oliva y el aguacate.
Ácidos grasos poliinsaturados: en aceites de semillas, frutos secos oleaginosos y el pescado (sobretodo el azul).

Piel y Proteínas
V. PROTEÍNAS

Son constituyentes básicos de la piel.
¿Dónde encontrarlas?

Una ingesta adecuada de carnes, pescado, huevos y sus derivados y de lácteos, así como de legumbres, cereales y frutos secos, de acuerdo a los criterios de dieta equilibrada, resulta fundamental para la renovación y buen aspecto de nuestra piel.

4. Protección frente a la Fotoexposición

La exposición solar es responsable de la mayor parte del envejecimiento acelerado. Para mantener la piel en buen estado y con aspecto más juvenil la medida más importante es evitar la fotoexposición. Pero el sol también tiene beneficios para el ser humano.
BENEFICIOS DEL SOL

El sol es importante para el bienestar y la salud del ser humano. Sus efectos son muy beneficiosos en ciertos puntos clave:

Beneficios del sol en la piel

Previene y mejora la depresión: sin luz solar, el cuerpo no secreta melatonina, una sustancia euforizante y antidepresiva que se encarga de inducir el dueño por las noches. Las vacaciones nos sientan bien porque además de descansar, la mayor cantidad de luz y los días más largos nos hacen sentir mejor.
Relaja y produce sensación de placer: la exposición a la luz solar produce la secreción de endorfinas en el cerebro, sustancias que alivian el dolor y producen sensación de bienestar, vasodilatación y mejor aporte de oxígeno a los tejidos.
Mejora la psoriasis y el acné.
Activa las defensas de la piel: la exposición solar activa el engrosamiento de la piel.
Fortalece los huesos: estimula la síntesis de vitamina D.

PERJUICIOS DEL SOL

Perjuicios del sol para la piel

Los rayos ultravioleta A (UVA)

Son más penetrantes y afectan a la dermis, induciendo la liberación de radicales libres que se ligan tanto al exterior de membranas celulares como al interior de las células a nivel de proteínas y de los ácidos nucleicos del ADN.

La generación de radicales libre produce una alteración progresiva de las funciones celulares y tisulares de reparación a largo plazo. Oscurecen la melanina preexistente en la piel.
Los rayos ultravioleta B (UVB)

Producen un aumento de la actividad melanocítica y son capaces de inducir cambios en su ADN y provocar la aparición de cáncer de piel.
Los rayos ultravioleta C (UVC)

Son peligrosos pero normalmente no nos alcanzan porque quedan interrumpidos por la atmósfera; con el grave problema del agujero de ozono de la atmósfera, su penetrabilidad ha aumentado.
Los rayos infrarrojos son los que producen calor y colaboran a dar lugar a la quemadura solar.

Los problemas empiezan a aparecer cuando el individuo ha consumido el "capital solar" de su piel, no lo agotes. Recuerda siempre que el bronceado es una defensa natural frente a la agresión solar. Nuestra piel debe conservar capacidad para responder a ella, debe conservar su capital solar, si nos exponemos demasiado o de forma descontrolada, los estragos pasarán factura.

Para disfrutar de un bonito y saludable broceado, podemos exponernos al sol con medidas de protección y seguridad.
SOL SEGURO

Sol seguro y piel perfecta

Evitar la exposición solar en las horas en que el sol está en su máxima verticalidad.
Tener en cuenta dónde estás. Cuanto más cerca del ecuador estés más precaución has de tener con el sol, pues sus rayos son más verticales. Cuanto a más altura te encuentres más precaución, cada 300 metros de altura sobre el nivel del mar la atmósfera pierde un 5% de filtro frente a las radiaciones ultravioleta.

Comenzar tomando el sol en tramos cortos de tiempo durante los primeros días.

Cuidado con los reflejos: la hierba refleja el 10 por 100; el agua, el 20 por 100; la arena, entre el 15 y el 25 por 100; y una superficie blanca como la nieve o una pared encalada, casi el 85 por 100.

Cuidado con las sustancias fotosensibilizantes, hay fármacos (antibióticos, sulfamidas, antihistamínicos, salicilanilidas, psicotropos, anticonceptivos, etc.) que son fotosensibilizantes y pueden producir reacciones en la piel ante el sol.

Aplicarse cremas con filtros de protección solar, no exponerse al sol sin cremas con pantalla de protección solar, al menos con un SPF15.

Respetar los criterios para seleccionar el grado de filtro solar que precisa cada piel:
Fototipo 0: albinos. No se pueden exponer al sol bajo ninguna circunstancia.
Fototipo I: pelirrojos, de piel muy blanca. Se queman y no se broncean. SPF 50+.
Fototipo II: rubios, de piel blanca. Se queman algo menos y llegan a tomar un poco de color. SPF entre 30 y 50.
Fototipo III: castaños, de piel clara. Se enrojecen, pero luego se broncean. SPF 25; una vez bronceados, SPF 15.
Fototipo IV: castaño oscuro, de piel morena. Se broncean pronto y no suelen quemarse. SPF 12 y después, 8.
Fototipo V: castaño muy oscuro, piel muy morena, tipo árabe o india, SPF 8 y después 4.
Fototipo VI: raza negra; no precisan SPF, aunque es recomendable que lo empleen.

Atención a la composición del filtro solar: los filtros solares deben se filtros físicos y químicos y deben proteger tanto frente a los RAYOS UV-A, UV-B y UV-C como de la luz infrarroja, ya que todos ellos tienen efectos potencialmente nocivos para la piel.
Aplicar el filtro solar correctamente: aplicar sobre la piel limpia y seca, media hora antes de irse a la piscina o a la playa y su aplicación se debe repetir cuando sea necesario; eso depende del número de baños, del calor que haga, del deporte que se practique, si se lleva ropa suelta o ajustada, si se seca uno con toalla o al aire. Incluso los filtros solares resistentes al agua sólo mantienen su eficacia sobre la piel entre 2 y 4 horas, según los baños o el grado de transpiración.
Aplicar la cantidad adecuada de filtro solar: si la capa aplicada es demasiado fina, la protección será mínima aunque el producto tenga un SPF muy alto. Se recomienda 2 mg. por cada cm2 de piel, es decir, una capa que se vea en un principio, aunque luego se absorba.

Informarse del grado de radiación a diario: puedes informarte en las páginas webs de información meteorológica nacionales o de la región.

fuente:infoestetica.com

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